Por
estos días estoy leyendo o releyendo a Chéjov y a Capote, pienso que estos dos
genios del cuento basan sus líneas en las cosas simples, no en argumentos sino
en los estados de ánimo, en las cosas cotidianas, posiblemente el lector ha
vivido alguna anécdota que alguno de ellos narra. No son fábulas ni moralejas,
los personajes son comunes y corrientes, con accesorios, sin ellos, pálidos,
gordos o flacos pero bajo la lupa y el lápiz de estos escritores, esas cosas
simples las vuelven importantes. En ellos hay un factor determinante y es la sociedad que no permite que alguien sea distinto, sus personajes hablan de apariencias, gustos, amores y desamores, luchas del diario vivir. No puedo dejar pasar esta línea donde la
sociedad discrimina a los que son diferentes y por eso me uno a la gente que no
quiere que una serie de TV se acabe. Hablo del Man es German. No quise verla al comienzo precisamente por
sus fachas y sus amigos medio pendejones. Me senté una sola vez a ver un
capítulo y ohh sorpresa, debajo de ese atuendo había un ser
extraordinario, acompañado de unos amigos, uno sseres vivos, más extraordinarios, demostraron que las
"apariencias engañan" y que la amistad es invaluable. Pasaron por
cosas simples, del diario vivir y las volvieron importantes como lo hubiera
hecho Chéjov o Capote.
Confieso que no me ha atraido para nada. Pero me voy a sentar a verla con otros ojos....
ResponderBorrarBuen punto.
Patricia