¡Obligar
a leer qué horror! A nadie se obliga. Yo
digo que depende, si es un país donde el analfabetismo es una cifra alta dentro
de las estadísticas, obligaría como estado a aprender a leer y
escribir a todo el mundo. Pero como no creo en
políticos, ni estado, ni votos libres de corrupción, esta utopía que todo el
mundo tenga acceso al aprendizaje la envuelvo y centro la historia sobre cómo me obligaron
a leer y aunque parezca un horror doy gracias a Dios, a mi madre y mi profesora
de literatura. Mi santa madre nos enseñó (a mi hermano y a mí) las vocales y
aprendimos con ella a escribir y leer
antes de entrar al colegio. Claro cuando llegamos a kínder ya sabíamos
muchas cosas y por ser “tan inteligentes”
(aquí es cuando Marce salta) nos pasaron a primero. A mi madre le
gustaba cantar mientras planchaba y de paso mi hermano y yo con cancionero en
mano tratábamos de seguirle el paso a cada sílaba. Así comenzó mi lectura con
un cancionero.
Si no me sabía la música las leía como poesía. Dejé de hacerlo un día
que haciendo gala de mis dotes histriónicas, dediqué (por lo menos el título me
pareció regio para la ocasión) una hermosa canción a mi auditorio, mi mamá y mi
abuelita. Venia ante el público y con
voz muy alta dije: ESA ES MI MADRE de Julio Flórez, Ves esa
vieja escuálida y horrible… - El llanto no se demoró en llegar y salí corriendo -
hasta aquí llegó mi carrera como
cantante y poetisa. Sumado al cancionero las veces
que salíamos al centro de Bogotá (hablo del año más o menos 57) siempre entrábamos a librerías que para mí
eran oscuras, tenebrosas pero tenían un
encanto maravilloso, terminaba pidiendo mini cuentos o cuentos de bolsillo,
eran diminutos yo creo que medían unos 5 centímetros, de color amarillo
pollito. A medida que iba creciendo mi afición por los cuentos cambió de rumbo y la colección de cuentos de bolsillo se volvió
de libros de bolsillo pero de pasta dura
y roja, el primer libro fue Rimas y leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer.
Mi hermano era más inquieto en estas lides de
la lectura y mi buena madre quiso regalarle un libro llamado Bertoldo, Bertoldino y Cacaseno. Recorrímos
todas las librerías de Bogotá hasta que por fin en una más oscura que las otras, surgió el dichoso. Mis pies ya no aguantaban, tan pronto lo vi pensé: Todo por un pendejo libro pequeño, sucio y de hojas amarillas. (yo podía
decir pendejo en esa época) Espero hermano que
todavía lo tenga, la patoniada fue dura. Ya en bachillerato mi profesora de
literatura nos exigía casi que un libro a la
semana, por ella leí a Camus, Kafka, los clásicos, la Ilíada, la Odisea,
los costumbristas típicos, el Alférez Real, María, Rayuela, Memorias infantiles y muchos pero muchos más. Ya en el año 67 mi querida profe (QEPD) nos
puso a investigar sobre un señor que nació en Aracataca llamado Gabriel
García Márquez, no existía google por
supuesto, busqué en la enciclopedia Barsa, la Cumbre, fui de casa en casa de
vecinos, amigos, amigos de los amigos, familia y no existía documentación
alguna. Muy segura de mi trabajo de campo le dije a mi profe: a ese señor sólo lo conoce la mamacita de él y como nota tuve un 1, asumo que por la forma
de hablar más no por el hecho de no hacer la investigación. ¡Pero investigué! Para
recuperar la nota tuve que ir a la Biblioteca Luis Angel Arango. Otra
obligación que aprendí: ¡No se quede
quieta, investigue! Por esa época se implantaron los centros literarios
donde se leía un libro y luego se analizaba desde varios enfoques: psicológicos,
de narración, de fluidez, podíamos hacer
esos análisis mejor dicho “nos obligaban”. Aparecieron los cineforum por los años 67 /68/ 69 dirigidos por
Carlos Mayolo y Fernando Martínez, todos los colegios participaban ¡buenísimo! Fuera de analizar películas,
analizábamos los chicos de otros colegios ¡buenísimos!
Más de uno salió ennoviado de esos cineforum.
Recién casada nuestro apartamento tenía más libros del Círculo de Lectores que muebles. Ahora con casi 60
años y un lapso de muchos años donde dejé mi afición por la lectura y la
escritura, vuelvo al redil, con mucho conocimiento en mi cabeza sobre esas
lecturas que me obligaron a leer por eso
ya adulta doy gracias a esas personas
que lo hicieron porque en este momento lo hago por placer, por gozo, por
compromiso con mi taller. Como todo en
la vida si no se practica, se
olvida, se me olvidó qué decía Stendhal en
su libro Rojo y Negro, se me olvidó qué decía Albert Camus en la Peste, qué
decía Juan Ramón Jiménez a Platero y no es Alzheimer ¡no señor! es cuestión de
haber dejado la lectura, de practicar. Vengo con mucha fuerza y ansiosa porque
como decía mi director de taller nos
queda apenas 20 o 25 años de lectura.
Tengo que recuperar el tiempo sin afanes y dándole un puño a quien me dijo: ¡Nosotras ya no estamos para estos trotes!
Yo sí estoy para este trote y muchos más.
Espero no haberlos aburrido con tanto enlace o link que llaman pero es bueno aprender a través del quinto poder.
Recomiendo cuentos cortos:
El gato del Brasil de
Arthur Conan Doyle
El gato negro de Edgar Allan Poe
El álbum de Anton Chejov
Carta al padre Kafka
Un visón propio de Truman capote
La loca de Guy Maupassant
Hola,
ResponderBorrarQué bonita historia. Así deberíamos aprender, con risa y no con sangre.
Los invito a leer mi historia de lectura: http://elmarquesdecarabas.blogspot.com/2007/10/no-exijo-una-explicacin.html
Cuando se dice que "recordar es vivir dos veces", en escritos como este, compruebo la poderosa verdad del dicho. Esos pasajes salieron de mi memoria y no pude más que sonreir con agradecimiento profundo a la vida. Si, quizás fue nuestra madre quien nos dió el primer impulso por ese amor a la lectura y a las letras (sin descartar los genes, claro está. De mi parte estoy bajando d ela internet esos libros infantiles que dejaron huela en mi alma y haciendo mi biblioteca digital. Claro que todavía tengo Bertoldo, bertoldino y Cacaseno; lo recuperé de otra pariente que se lo habia llevado (prestadito creo)
ResponderBorrarLeer es expandir el espíritu, conocer, viajar, alegrarse y entristecer, emocionarse y hasta dormir, en pocas palabras vivir.
UUPPSS Para donde se fue mi comentario? No aparece aquí
ResponderBorrarManito!!! esperaba este comentario,no sabía que había tenido que "recuperar" el libro, esa es una herencia divina, mándem ela foto del libro y la subo nada menos como el original de la historia. Fue muy agradable recordar esos pasos que dimos.
ResponderBorrarun beso