UNA HISTORIA PARA EL DIA DE LAS PERRAS...DIGO MADRES

No es una historia de aquellas que uno empieza diciendo: el amigo de mi amigo primo de una prima  mía, casada con fulano de tal le contó a mi amigo, NO, esta historia fue contada directamente por  el  hermano de la protagonista de este relato.

“Mi hermana recoge cuanto animal encuentra, le encanta" Un día recogió una perrita quien le batió la cola reconociendo tal vez  que sería la persona indicada para cuidarla, pero la muy ingrata se escapó después de haber sido alimentada y amada.

La señora (a quien en adelante llamaremos YUYI ) muy consternada se fue por la calle preguntando por la perrita, la gente le iba indicando por dónde iba la condenada. Llegó a una cueva, angosta, oscura y ahí  estaba la ingrata metida,  prefirió esa cueva a la casa con todas las comodidades que  le ofrecía su nueva dueña. La protagonista no dudó en sacarla de allí aunque la ingrata se resistía a salir ...pero cuál sería su sorpresa al descubrir  que … ¡tenía cachorros! sin dudarlo YUYI se la llevó con toda su prole, dando fin a la aventura.

Todos contentos en el carro la perrita insistía que no quería ir a la casa con comodidades, se movía, ladraba, aullaba, gritaba, ella quería su cueva fea y oscura; tan pronto se bajaron del carro, huyó nuevamente dejando  en total abandono  a sus  cachorros,  yo creo que ella dijo: me liberé de estos, ya hay alguien quien los cuide.

YUYI no se resistía ver  (y vio) que esa ingrata, digo madre desnaturalizada, desconsiderada, tal por cual,  huía nuevamente a su cueva …pero a recoger a su cachorro que se había quedado solo en ese hoyo oscuro y frío.

Me arrepiento de todo lo que le dije, además la señora YUYI no es la protagonista, es la perrita  ingrata, mala madre que demostró ser mejor madre que muchas mujeres que conocemos a diario.

NOTA: La foto no corresponde a la verdadera protagonista, son actores contratados para darle más veracidad