De nueve sólo uno?
Seguramente todos han tenido una mascota, bueno la mayoría, las experiencias son tan diversas y divertidas como gotas hay en un charco, así fue mi experiencia con mi mascota, llena de salpicaduras, unas de alegría y otras de amargura, tristemente de amargura porque a CANTINFLAS, así se llamaba mi perro, le dio una enfermedad que se llamaba en esa época “cancha” (hablo de casi 50 años) el veterinario dio su diagnostico final: muerte al animal. Ese día saltaba, parecía que se reía porque se iba de paseo, corría de un lado al otro, yo aunque no sabía que pasaba sentí un poco de nostalgia en mi corazón; pasaron tres días sin saber de mi perro, en la casa no decían nada, al final dijeron que se había perdido.
Una mañana muy temprano sentíamos rasguñar la puerta, al abrir me encontré con la visión más triste que había visto, Cantinflas levantando su patica ensangrentada por todo el camino que recorrió en esos días, buscando la casa de sus dueños, su casa, saludaba por fin a alguien conocido, su cara era de melancolía, de tristeza por haber sido traicionado pero fiel a sus recuerdos, agachó su cabeza para que le hiciera una caricia, un encuentro de lágrimas y alegría por volver a verlo….pero esta alegría duró muy poco porque mis padres siguiendo la recomendación del médico lo devolvieron.
Mi mente bloqueó todo afecto hacia las mascotas, ya no las quiero, de lejos solamente, pero qué puede un ser humano hacer cuando un animalito te mira como me miraba Mony la perrita de mi casa paterna, las dos estábamos esperando bebé al mismo tiempo, ella colocaba su cabecita en mi estómago y me miraba, tratando de decirme algo pero no podía, se convirtió en el juguete de mis hijos, en almohada y hasta en alarma porque me avisaba cuando se despertaban. Después de una enfermedad se fue dejando tristeza en la casa…..mis hermanos tuvieron mascotas muy lindas, yo jamás.
Ahora después de mucho tiempo aparece un animalito al que saqué de mi casa varias veces porque no quería sus visitas, ni sus miradas, ni sus juegos, me molestaba, él percibía que yo sentía todo eso y más… se paraba frente a mí y me miraba largo rato, me trajo su juguete preferido y lo colocó a mis pies esperando una caricia mía, al no recibir respuesta me haló la falda y me miró largo rato, ahí sentí que alguien estaba dentro de ese cuerpo, su mirada para mí era conocida pero no sé quién es, otra vez me busca una mascota y trato de responder, aunque con esfuerzo pero trato; han pasado tres años y se ha convertido en la mascota vecina que golpea con su cola la puerta de mi apartamento para que le abran, salta hasta llorar cuando ve a mi esposo, juega con mi hijos, se sienta y me mira con todo el amor que un ser de estos puede dar ¡ Dios mïo ! es imposible sacarlo de mi casa…ahora es papá y uno sólo salió igual a él, tengo la certeza que su hijo heredó la nobleza y la ternura de su padre, por cierto se me olvidada decir que se llama Scott.
Este es hijo de otra camada, de la segunda, Chiquis, se estaba vendiendo pero sus dueños decidieron que se quedara en casa ahora tienen a papá e hijo.
A mi, definitivamente las mascotas me gustan, pero como dice mi mamá... De lejitos! Solo ese día que tocaron a mi puerta y cuando abrí o sorpresa! mi mejor amiga traía un bebé en sus abrazos... Qué pasó? me acerqué y entendí todo, cuando una cabecita diminuta salía entre la cobija que lo estaba tapando y empezó a darme besos como si supiera quien era yo! Ahí... mi amor por ese lindo animal nació. Scott se convirtió en el consentido de la casa, en mi sombra, en nuestro parsero de rumbas, jajaja, en nuestro amigo fiel, ese que se trasnocha contigo para hacerte compañía, ese que cuando te ve llora de la felicidad y quiere darte lengüetasos en toda la cara, ese... que cuando estás triste se acerca a ti y con una mirada llena de ternura te da un beso, se acuesta en tus piernas y lanza un suspiro como diciendo: "AQUI ESTOY Y NO ME VOY A IR"...
ResponderBorrar¡¡ OH SORPRESA LA MIA!!! Cuando descubri este artìculo, aun más mi asombro cuando "la abuela" decidio aceptar publicamente su amor por SCOTT PATRICIO.
ResponderBorrarSi, mi pequeño labrador de casi cuatro años; mi pequeña almohadita peluda; mi pequeño compañero de chelas, de trasnochadas, de tristezas, de alegrias, es sin duda el ser mas especial de la tierra. La luz y la ternura de sus ojos solucionan cualquier dolor interno, cualquier sin sabor del alma.
No se si se pueda explicar racionalmente lo que despierta este can de pelo mono - para los que no le encuntran sentido a mis lineas... que me llamen al psicologo- pero en cada lamida de su lengua jadeante esta la caricia mas dulce y mas transparente que he podido recibir.
Y es que el pequeño bota pelo no se ha ganado solo el corazòn de 2 familias, que sin duda se han unido cada vez más, sino que se ha convertido en una figura reconocido tanto en el barrio como en la universidad... ¿ Es que acaso usted conoce algun perro que asista con honores a clases de antropologia y Audiovisuales?
Podria hablar horas de "La cosa con pelos", eso se ha podido notar, pero aqui lo más importante es que "la mamazorca", "la abuela", o Maria Eugenia de Aparicio- como prefiera llamarle según la proximidad- abrió su corazón y lo aceptó: SI AMA A SCOTT.
Desde el fondo de mi corazón, gracias por dedicar en tu Blog un pedacito para Scott.
Tàcitamente siempre ha estado ahí el cariño por él, pero insisto de lejitos.... sin lengüetazos,
ResponderBorrarY bueno, veo acá re-conocimiento y re-vinculación, todo muy de la casa. Me alegra que Scott Patricio te haya movido el piso. Además de llenártelo de pelos, claro.
ResponderBorrarHola
ResponderBorrarPasaba a saludar.. Que bonita historia. Que bueno por Scott pero sobre todo que bueno por ti!
Un abrazo
Andrés